Ciudad de México se encuentra al borde de una severa crisis de agua debido a la combinación del cambio climático, la expansión urbanística y una infraestructura deficiente. La situación ha llevado a la rápida disminución del agua subterránea y a niveles extremadamente bajos en las reservas, con una importante fuente de agua ya fuera de uso. El año pasado fue el más caluroso y seco en al menos 70 años, y el sistema hídrico Cutzamala podría enfrentar un “día cero” este verano.

La Secretaría de Salud federal informó que el agua subterránea, que es la principal fuente de agua para la ciudad, se está agotando al doble de la velocidad a la que puede reponerse. La ciudad, con una población de 23 millones, ha visto un aumento en el consumo de agua embotellada debido a la mala gestión del suministro de agua. Las fugas en la red de tuberías, que tiene más de 13,000 kilómetros, causan una pérdida del 35% del agua, lo que agrava aún más la situación.

Autoridades y expertos han advertido sobre esta crisis durante años, pero las acciones no han sido suficientes. El presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que su gobierno está abordando el problema cavando nuevos pozos y combatiendo la corrupción en el sector. Sin embargo, la situación ha llevado a un racionamiento severo en varias zonas de la ciudad y ha convertido el tema del agua en una cuestión central en las próximas elecciones locales y nacionales.

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