La economía de Nuevo León comienza el 2025 bajo un panorama de incertidumbre política y económica, influenciada tanto por tensiones internas como por el impacto del llamado “factor Trump”. A nivel local, los conflictos entre los Poderes Legislativo, Ejecutivo y municipal han generado un clima de inestabilidad que amenaza con frenar proyectos clave de infraestructura e iniciativas del gobierno de Samuel García. Además, esta situación podría afectar la atracción de inversión extranjera directa (IED), un motor fundamental para el estado.

El contexto internacional también juega un papel crucial. Economistas de la UANL, Anpec y Caintra advierten que el 2025 podría ser un año complicado para México, con el riesgo de una recesión en el horizonte. La desaceleración económica en Estados Unidos, principal socio comercial de México y de Nuevo León, ya está afectando la dinámica económica del estado. Esta situación genera inquietud en sectores productivos que dependen del comercio bilateral y de la estabilidad económica de ambos países.

A nivel doméstico, Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), prevé un incremento en los precios de productos básicos, así como en servicios esenciales como agua, transporte público y el impuesto predial. Esta escalada de costos podría agravar las dificultades económicas para las familias y las pequeñas empresas, pilares importantes de la economía regional.

Con este panorama, el reto para Nuevo León en 2025 será encontrar un equilibrio entre las presiones internas y externas. La coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y el sector privado será clave para sortear los desafíos económicos y mantener el dinamismo que caracteriza al estado. Sin embargo, el “factor Trump” y las tensiones políticas locales seguirán siendo variables críticas que podrían marcar el rumbo del año.

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